Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con deslumbrante maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en la https://amienzsj521088.weblogco.com/38745109/cómo-el-cabezazo-de-zidane-cambió-la-final-del-mundial-2006